Estuvo a cargo de un avión con 70 periodistas que viajó desde Roma
Tuvo un rol clave en 2018, cuando el Sumo Pontífice pisó suelo nacional, organizando, desde las alturas, el arribo de reporteros de todo el mundo que no querían perder detalle del evento.

En enero de 2018 fue el encargado de una importante y “elevada” misión: coordinar a los 70 periodistas que viajaron en el avión papal desde Roma a Chile, muchos de ellos vaticanistas, reporteros ávidos que debían seguir todos los detalles y actividades de la gira que el Sumo Pontífice iniciaba en ese entonces en nuestro país.

Cuando Cristóbal Benavides (PER 00), Vicedecano Académico de la Facultad de Comunicación, supo que el Papa Francisco visitaría Chile, no lo pensó dos veces. De inmediato quiso colaborar y ponerse al servicio de las múltiples necesidades que se generarían a partir de este hecho histórico. Fue así como se reunió con el Decano, Juan Ignacio Brito, para comenzar a organizar el aporte que se haría desde esa unidad.

En junio de 2017, cuando se confirmó la gira Papal por Chile y Perú, recibió la llamada del sacerdote Felipe Herrera, director de Comunicaciones de la Comisión Nacional Visita Papa Francisco, quien le propuso este rol de organizar la comitiva periodística. Subido al carro de los preparativos, pudo vivir los días previos a la llegada, y ser parte de la logística que implicaba recibir a una autoridad mundial, estando a su vez presente en cada uno de los hitos que tuvo el viaje del Santo Padre por el país. La experiencia lo llevó a ser parte de un equipo compuesto por 11 periodistas, comunicadores audiovisuales, diseñadores y colaboradores que lo dieron todo para que las cosas resultaran a la perfección.

Recuerda que fue un trabajo intenso en el que “pudimos dormir dos o tres horas toda la semana previa a su llegada, porque no nos daba el tiempo”, cuenta Cristóbal. Pero el esfuerzo, sin duda, valió la pena, pues según este alumniUANDES de Periodismo “pude ver a un Chile profundo y muy conectado espiritualmente. Ver la cara de la gente, de recogimiento, de espiritualidad, de felicidad, eso hacía olvidarse del cansancio”, señala.

Su reflexión en retrospectiva es clara: “haberlo vivido desde adentro tiene una dimensión mucho más cercana y profunda, pero también una responsabilidad bastante grande, porque tú dices bueno viene el Papa, y tú quieres que esta actividad salga lo mejor posible, y de cierta manera pones tus talentos, tu servicio y todo tu trabajo en pro de que todo salga bien y que otros disfruten, tal como a mí me tocó cuando chico al ser testigo de la visita del Papa en España”.