Medicina que acoge a todas las personas
La falta de recursos no fue un obstáculo para que su hija recibiera atención de primer nivel al alero de un programa de ayuda que cambió la vida de esta familia.

La Clínica Universidad de los Andes era la última esperanza de Jacinta, la hija de un año de Héctor Rodríguez. Luego de un preocupante diagnóstico médico, la niña que tantas alegrías le había regalado con su nacimiento lo hacía sentir que su alma pendía de un hilo.

Craneosinostosis, una malformación congénita consistente en el cierre precoz de las separaciones que hay en el cráneo, era la patología que la afectaba y que hacía que necesitara una operación urgente, debido a que avanzaba a gran velocidad y amenazaba con ocasionarle daños neurológicos irreversibles.

Este panorama fue devastador para la familia Rodríguez, no solo por la crudeza del caso, también por el hecho de que no contaban con los recursos económicos necesarios para costear la intervención quirúrgica. Después de que Héctor tocara muchas puertas y consultara en numerosos centros asistenciales, su jefe pidió una hora con el Dr. Felipe Moyano, neurocirujano de Clínica Universidad de los Andes, quien luego de examinar a la pequeña les contó sobre el programa de beneficencia con el que cuentan. Esto les dio una luz de esperanza que a los pocos días se concretó, cuando el especialista les informó que podían acogerse a él.

Este apoyo permitió que Jacinta fuera operada con éxito. Gracias a esto no solo cambió su vida, sino que también mejoró la de Héctor y de su esposa Victoria, quienes hoy son testigos de la recuperación de su hija y sueñan con llevarla al sur para que sus abuelos puedan disfrutar con ella.